lunes, 8 de agosto de 2016

¿Por qué es tan malo ser MUJER?



Que si soy mujer, soy frágil.
Que si soy virgen, soy frígida.
Que si me embarazo joven, arruiné mi juventud.
Que si tengo treinta y no tengo novio ni marido, se me va a ir el tren.
Que si no tengo hijos, soy desnaturalizada.
Que si viajo sola, me expongo a peligro.
Que si me pongo short, estoy provocando.
Que si salgo de noche, soy una loca.
Que si tengo éxito, abrí las piernas para lograrlo.
Que si mi marido me engaña, debió ser mi culpa.
Que si soy gorda, debería comer poco.
Que si estoy flaca, Debería comer más.
Que si me maquillo, debería ser natural.
Que si no me maquillo, debería ser más femenina.
Que si voy al gimnasio, soy exhibicionista.

¿Hasta cuándo seremos juzgadas, tratadas y miradas con tantos prejuicios tan injustos y falsos?
¿Hasta cuándo será más importante lo que la sociedad dice, que lo que cada una de nosotros en verdad somos?
NO, no somos igual a los hombres, por algo Dios nos hizo con obvias diferencias, físicas y emocionales. Pero eso no quiere decir que seamos inferiores o que debamos someternos al cuidado del hombre para sobrevivir.
Tenemos derecho de vivir, actuar y sobre todo ser libres; ser auténticas, únicas, y verdaderas, sin miedo a ser juzgadas, ni relegadas, ni mucho menos mal tratadas, abusadas o asesinadas; por quienes creen que tienen poder sobre nosotras.

SOY MUJER, si, y no quiero vivir con miedo de los hombres; ambos somos creación de Dios, y mi sexo no tiene por qué ser una desventaja, una causa para ser acosada, perseguida, violada o matada, de la manera más perversa y cruel.
Quiero un mundo seguro, para mi, para las niñas; un mundo donde la publicidad no nos venda como objeto sexual, que sólo sirve para satisfacer deseos; un mundo donde no se alimente la lujuria masculina vendiendo un sexo engañoso y falso a través de la pornografía en todas sus expresiones; un mundo donde no seamos sometidas bajo ninguna circunstancia, por nada ni nadie; un mundo donde podamos convivir hombres y mujeres como debe ser, sin miedo, sin dañarnos.
By Darling