lunes, 16 de mayo de 2016

Día 4: exponé una de tus obsesiones


30 días de escribirme

Durante 30 días, cada día publicaré un disparador o consigna corta para que ustedes escriban un texto de la extensión que quieran y con el formato que quieran en sus cuadernos o blogs. 

Día 4: exponé una de tus obsesiones.

Me obsesioné con eso.


Si, desde la primera vez que lo hice sola, a los 17 años. (Un poco tarde por cierto)

Ya me había iniciado antes, inconsciente de lo mucho que me encantaba, porque siempre era con alguien más o por motivos ajenos a mis propios deseos o decisiones, aunque obviamente siempre lo disfrutaba.

Para mí, hacerlo, significa más que una experiencia física, sí, porque pongo el alma entera en cada oportunidad y creo que mi espíritu se fortalece cada vez que lo hago.

Aunque no han sido muchas, cada vez que lo hice, ha sido especial. Un despertar nuevo, un abrir de ojos a nuevas sensaciones, a nuevas emociones, antes desconocidas para mí; y he ido adquiriendo experiencia, aprendiendo a cómo disfrutarlo mejor.

Es obsesivo, una vez lo descubres, no lo puedes dejar de hacer, y si lo dejas de practicar, siempre te hará falta, estarás incompleto, porque es parte de la naturaleza humana, un don con el que Dios mismo nos creó, la capacidad de un disfrute único, que ninguna otra experiencia te lo puede dar.

A mis 19 años, me aventuré a hacerlo sola por primera vez, decían que no debía hacerlo, que era muy joven y que no estaba preparada, que era peligroso hacerlo sola; y tenían razón, aun así, lo hice, y no me arrepiento; fue difícil, porque debí luchar con mis emociones y deseos, pero valió la pena, a partir de allí, nunca más volvería a ser la misma.

No importa si lo hago sola, o con alguien más, con mi pareja, con una de mis amigas o en ocasiones en grupo; pero siempre el goce es asegurado.

Me obsesiona el placer que me produce, mi cuerpo se estremece, mi alma se reconforta y mi espíritu se rejuvenece.

Es una de las experiencias en la vida que se puede disfrutar con los cinco sentidos,  la vista, el oído, el tacto, el gusto, el olfato, cada uno recibirá sus propias sensaciones.

Y no importan cuántas veces lo hayas hecho, siempre quieres más, no importan con quién lo hagas, o las malas experiencias que hayas tenido antes, nada te quitará las ganas de seguir experimentando.


Puedo hacerlo rápido, lento, riendo, gritando, a veces incluso llorando; pero siempre VIAJAR, es un placer que me obsesiona.

viernes, 13 de mayo de 2016

Día 3: desde donde estás sentado, escribí diez cosas a las que no les habías prestado atención.

30 días de escribirme

Durante 30 días, cada día publicaré un disparador o consigna corta para que ustedes escriban un texto de la extensión que quieran y con el formato que quieran en sus cuadernos o blogs. 

Día 3: desde donde estás sentado, escribí diez cosas a las que no les habías prestado atención.



- Esas muletas son indeseables y son mi única salvación en este momento, las miro, y creo que me devuelven la mirada sarcásticamente y me dicen: somos tu única opción, y al final sólo ellas me pueden ayudar; hace 5 días sufrí una caída que me costó el tobillo izquierdo fracturado, ahora debo estar en cama por lo menos una semana y con el pie inmovilizado por lo menos un mes; para una mujer como yo, es una gran desgracia, ¿o una bendición?  Porque nunca estoy quieta, siempre tengo cosas que hacer, lugares a dónde ir, gente a quien visitar, compromisos que cumplir… sin parar. Y ahora mirando a esas muletas, que serán mis compañeras durante mi recuperación, las odio y las amo, las veo horribles y hermosas a la vez, porque las quiero y no las acepto… ¿Cómo? ¡Si siempre soy tan autosuficiente!, y ahora sin ellas no puedo moverme… Largas, ruidosas, sencillas, imponentes… serán mi ayuda y sin ellas, ahora no soy nada.

- Ese pequeño espejo de mano que siempre está cuando quiero ver mi reflejo, desde hace muchos años atrás, ni se de cómo llegó a mis manos o ser parte de mis posesiones, pero siempre está en todo momento. Está viejo, todo roto y maltratado, pero siempre fiel a reflejarme cuando necesito verme, ya sea para aplicarme una crema, o maquillarme, depilarme, o sólo mirarme como suelo hacer, cada rincón de mi rostro. A veces lo uso hasta para verme cuando lloro o cuando río, y el pobre aguanta todo, firme como talón de oso; nunca me miente, me muestra como soy, siempre tan franco a veces cruel, muestra que el pasar de los años no es en vano, y sin embrago me gusta verme a través de él, una y otra vez y me gusta siempre tenerlo a mano, que siempre esté para mí; en ocasiones, cuando hablo por teléfono, lo tomo y mientras converso, me observo, con todos los gestos que salen de mi rostro (Soy expresiva)… Ese espejo guindo, es pequeño pero es el tamaño ideal para estar donde tiene que estar, a mano, es fiel, aunque a veces cuando no lo encuentro, me enfurezco, porque lo necesito. Ese espejo, que ya está quebrado, no deja de hacer su trabajo a pesar de estar herido, y eso me reconforta; La vida debe de seguir sin importar las circunstancias, aunque con un tobillo roto, siempre se encuentra el modo de hacer lo que corresponde y adaptarse, desarrollar nuevas habilidades, para enfrentar lo que se presenta.


- Al frente de mi cama está ese mueble, cuadrado, grandote y súper pesado, es un tipo cómoda, pero más grande, de madera, antiguo y viejo; pero es la única herencia que tengo de mi madre. Estuvo conmigo desde que tengo unos 16 años, y hoy, en mi habitación donde tengo pocas cosas, ese mueble, me recuerda a ella, mi madre. Cargado por todos los lados de un montón de cosas, adentro en la parte derecha, tiene mis libros y cuadernos, apilados y medio en desorden, a la izquierda mi ropa, la más pesada, los jeans; encima, tiene cajas por todos lados, con maquillaje, con cremas, con chucherías, y una pila casi hasta el techo de cajas con zapatos; y por si fuera poco, en la puerta cuelgan las chaquetas de frío, no son muchas pero son pesadas… y él firme, aguanta el peso, el pasar de los años y el gran significado que le puse, ahora que mi madre ya no está. Ella era así, siempre cargada con responsabilidades, cuatro hijas, un matrimonio, pobreza y necesidad, la familia, el trabajo… pero ella nunca decaía, siempre sonriente, siempre alegre, siempre positiva, y siempre presente cuando más la necesitaba, siempre firme ante lo que venga, no importa las circunstancias.

- Continurá...

miércoles, 11 de mayo de 2016

Día 2: escribí un fragmento de tu autobiografía y mentí en algunas cosas

30 días de escribirme

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Día 2: escribí un fragmento de tu autobiografía y mentí en algunas cosas

Una mujer como cualquier otra, hasta que decidió crear su propio camino.

Hasta cierta edad, tratando de encajar en el sistema, siguió el camino que se suponía debía seguir. Estudió en la universidad, obtuvo su título, en pro de encontrar el empleo para adquirir los recursos que le permitirían obtener, a su vez, la posición económica que le permita tener lo que necesitaba para vivir bien.

Cuando logró eso, aun así, no encajó. Se frustró, lloró, se deprimió (demasiado tiempo). Hasta que al borde del abismo. Supo que no tenía que seguir caminos ya trazados, que podía ser autora de su propio camino, que debía ser tan individual y auténtico como ella misma; aunque ahora ya pringada del sistema, debía recobrar su individualidad.

Tomó sus sueños, y los realizó.

Armó su mochila, su laptop, su cámara y se fue a dar la vuelta al mundo.

Viajera de alma libre, se hizo llamar.

martes, 10 de mayo de 2016

TE LIBERO DE MÍ




Te libero de mí, y de mi amor incondicional, de mi forma sincera de quererte sin pedirte nada a cambio, del tiempo que no me importa invertir en ti y para ti, sin esperar que sea recíproco, de la admiración que tengo hacia ti, y la devoción con que decidí mirarte, y quererte (Sé que la mereces, pero no la quieres).

Te libero de mí, como pareja, (como amiga, siempre me puedes tener), como mujer, yo no te voy a dar la relación superficial que estás buscando, no puedo ser sólo tu amante, tu compañera en la cama, aunque créeme que me encantaría; pero  para mí eso no es suficiente, yo quiero más, te quiero completo; te quiero espíritu, alma y cuerpo, como yo quiero entregarme a ti;  quiero al ser maravilloso que he visto que eres y te empeñas en esconder.

Te libero de la responsabilidad que significa querer a una mujer como yo, con un amor tierno y puro; no necesitas más cuidar lo  que dices, lo que piensas y lo que sientes o lo que no sientes, para no herirme, cuidarme o para agradarme, aunque en realidad así no lo quieres.

Te libero del enorme desafío de conquistar el alma y el corazón de una mujer como yo; el cuerpo es fácil, provocar deseo es provocar algo natural en nosotros; y si, te deseo, como nunca desee a un hombre en mi vida hasta ahora; pero no puedo darte sólo mi cuerpo, no puedo darme incompleta a ti, para mí es todo o nada; a medias no es suficiente, no sirve, lo superficial no me satisface.

Te libero de mí, me hago a un lado, y me quedo con las tremendas ganas de quererte, me aparto, no porque quiera, sino porque no quiero apostar a perder, enamorarme y no ser correspondida, amar y no ser amada y porque sé que lo intenté, sé que no quieres y sé que aunque te di la oportunidad, no la quieres tomar, es tu decisión y la acepto.

Te libero de seguir poniendo excusas y buscar explicaciones para justificar que no quieres enamorarte, ni comprometerte, ni entregarte cien por ciento; lo entiendo, lo acepto y lo comprendo. Te conozco, no por lo que me has dicho sino por lo que has callado todo este tiempo a mi lado.

Te libero de tu preocupación de interrumpir mis actividades y compromisos, nunca lo hiciste, ni tampoco quería que lo hagas, quería que compartas conmigo esas actividades, que al final de cuentas son parte de mi vida; una vida que no quieres compartir conmigo.

Te libero de abrir tu corazón sinceramente a alguien que está dispuesta a cuidarte y que antes que lo hagas ya te entiende y sabe apreciar el esfuerzo que eso implica para alguien como tú, que fue herido y maltratado; quieres permanecer así, afectado por tu pasado que no volverá.; perdiéndote un presente que podría valer la pena vivir.

Te libero, de hacer a un lado el miedo en el que te encierras y de echar abajo el muro con el que te has protegido, para darte la oportunidad de ser amado, como te mereces y como quiero hacerlo, sin medida, sin temor, sin tiempo, sin límites.

Te libero de ser sincero, tierno, sensible y amoroso, como en realidad deseas serlo, puedes permanecer así, con esas máscaras que no deseas quitarte, ni que nadie te las quite; está bien, te protegieron, te ayudan, y hoy, te liberan de la oportunidad del verdadero amor.

Te libero del esfuerzo que tienes que hacer para expresar lo que verdaderamente sientes, no te sacrifiques más, me he puesto en tu lugar,  créeme que lo entiendo perfectamente, hice mi mayor esfuerzo, pero no puedo, ni quiero, obligarte a hacer algo que puede poner en riego tu seguridad que has logrado.

Te libero de arriesgarte, de ser valiente y entregarte completo, aunque eso signifique regresar en partes; puedes seguir tranquilo con tu vida, no te comprometas conmigo, no tienes que hacerlo.

Te libero de conocer mi mundo, mis amistades, mi familia, de compartir las cosas que me gustan; y te libero de tener que presentarme en tu mundo, de tener que compartir las cosas que te gustan y lo que es importante para ti.

Te libero de una mujer inteligente, que no te amará sólo en la cama, sino en la vida misma, en el día a día, que te amará por tus gestos, tus manías, tus malos humores, tu manera única de ser y de actuar, tu personalidad difícil y tu rareza.

Te libero de la admiración que tengo hacia ti, te saco del altar en el que te puse, declino mi decisión de mirarte con tanta devoción, apreciando cada detalle tuyo, cada mirada, cada gesto…

Te libero de la oportunidad de AMAR, está bien, no estás listo como tú dices, eres muy joven, te faltan cosas por vivir.  Hazlo.


Eres libre, de mí.